De esos días...

De estos días que correr te cuesta la vida pero sin embargo es lo único que puedes hacer, esos en los que te encantaría  escapar del mundo pero ahí sigues sin poder hacer nada para evitarlo y es el único lugar que tienes para refugiarte, aquello mismo que te ha provocado el daño que has sufrido y te paras a pensar en lo que eres y lo que fuiste, y probablemente trates de imaginarte como serás y que algún día recordarás lo que ahora eres. Pero por ahora solo puedes estar seguro de lo que ya ha pasado, y la melancolía recorre intensamente tu cuerpo sin dejar un trocito sin invadir, y al ver fotos y recodar momentos esa sensación se hace más fuerte, y recuerdas todo aquello que has vivido, personas que se van, despacito pero se van e intentas de alguna manera remediarlo hasta que de una forma u otra consigues entender que es lo que tiene que suceder, que está destinado a ocurrir y que nada podrá evitarlo, dejar seguir el curso de las cosas, intentas quedarte con todos esos momentos pero sientes que no es suficiente y te duele, y se mezclan el dolor y la melancolía y entonces, aprendes lo pequeño que eres en esta vida.